domingo, abril 29, 2007
Mas del lobo estepario (Harry)
...fácil imaginarse que Harry no llevaba precisamente una vida agradable y venturosa. Pero con esto no se quiere decir que fuera desgraciado en una medida singularísima (aunque a él mismo así le pareciese, como todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado en suerte son los mayores del mundo). Esto no debiera decirse de ninguna persona. Quien no lleva dentro un lobo, no tiene por eso que ser feliz tampoco. Y hasta la vida más desgraciada tiene también sus horas luminosas y sus pequeñas flores de ventura entre la arena y el peñascal. Y esto ocurría también al lobo estepario. Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad. Singularmente éstos eran, por lo general, los más decepcionados e irritados, y de este modo llevaba el lobo estepario su propia duplicidad y discordia interna también a todas las existencias extrañas con las que se ponía en contacto.
viernes, abril 27, 2007
Dejando pasar oportunidades
Hoy tuve una llamada de una compania para ofrecerme una posicion similar a la que tengo actualmente como capturista de datos, la paga por hora era menos, pero me ofrecian mas horas, lo cual me dejaba ganando un par de dolares mas si me cambiaba con ellos, la otra ventaja era que en lugar de tener un dia de descanso, iba a tener dos.
Me hubiera cambiado con ellos, con tal de cambiar de aires y tener un dia mas de descanso, el problema vino cuando me dijeron que tenia que empezar con ellos el lunes, ya que no podian esperar a que yo diera mis dos semanas de aviso en mi trabajo actual, y eso hizo que no aceptara.
No es que en mi trabajo actual me hayan dado todo lo que yo creo merecer, pero tampoco soy el tipo de personas que botan un empleo de la noche a la manana, asi que mi etica laboral, me impidio aceptar esa oferta.
Me siento un poco triste, y hasta un poco enojada por ser tan apegada a mis principios, cuando quiza en donde este ni siquiera lo valoren, pero en fin, creo que en el fondo es mas por sentirte bien conmigo misma y no por quedar bien con otros.
En fin, que le vamos a hacer, espero ya vengan mas oportunidades en donde no tenga que salirme de manera tan precipitada para aceptar un nuevo puesto, ya veremos que me ofrece la vida mas adelante.
Por lo pronto, seguire empacando, porque este fin de semana nos mudamos de departamento y todavia tengo mucho que guardar, y ademas, tengo que trabajar sabado y domingo.
Buen fin de semana y que lo disfruten.
Me hubiera cambiado con ellos, con tal de cambiar de aires y tener un dia mas de descanso, el problema vino cuando me dijeron que tenia que empezar con ellos el lunes, ya que no podian esperar a que yo diera mis dos semanas de aviso en mi trabajo actual, y eso hizo que no aceptara.
No es que en mi trabajo actual me hayan dado todo lo que yo creo merecer, pero tampoco soy el tipo de personas que botan un empleo de la noche a la manana, asi que mi etica laboral, me impidio aceptar esa oferta.
Me siento un poco triste, y hasta un poco enojada por ser tan apegada a mis principios, cuando quiza en donde este ni siquiera lo valoren, pero en fin, creo que en el fondo es mas por sentirte bien conmigo misma y no por quedar bien con otros.
En fin, que le vamos a hacer, espero ya vengan mas oportunidades en donde no tenga que salirme de manera tan precipitada para aceptar un nuevo puesto, ya veremos que me ofrece la vida mas adelante.
Por lo pronto, seguire empacando, porque este fin de semana nos mudamos de departamento y todavia tengo mucho que guardar, y ademas, tengo que trabajar sabado y domingo.
Buen fin de semana y que lo disfruten.
martes, abril 24, 2007
El tesoro enterrado
Estoy leyendo un libro de Jorge Bucay, que se llama "Dejame que te cuente", consta de una historia principal en donde al protagonista se le van narrando muchos cuentos a traves de la trama para ayudarle a resolver sus problemas existenciales, transcribo uno de los que mas me ha gustado y que esta breve, ya que hay otros que me han gustado mas pero estan demasiado largos. Espero les guste.
El tesoro enterrado
Habia una vez, en la ciudad de Cracovia, un anciano piadoso y solidario que se llamaba Izy. Durante varias noches Izy sono que llegaba a Praga y llegaba hasta un puente sobre un rio. Sono que a un lado del rio, y debajo del puente, se hallaba un frondoso arbol. Sono que el mismo cavaba un pozo al lado del arbol y que de ese pozo sacaba un tesoro que le traia bienestar y tranquilidad para toda la vida.
Al principio Izy no le dio importancia. Pero cuando el sueno se repitio durante varias semanas, interpreto que era un mensaje y decidio que no podia desoir esa informacion que le llegaba de Dios, o de no sabia donde, mientras dormia.
Asi que fiel a su intuicion, cargo su mula para un largo viaje y partio hacia Praga.
Despues de 6 dias de marcha, el anciano llego a Praga y se dedico a buscar el puente sobre el rio en las afueras de la ciudad.
No habia muchos rios, ni muchos puentes, asi que rapidamente encontro el lugar que buscaba. Todo era igual que en su sueno: el rio, el puente, y, a un lado del rio, el arbol debajo del que debia cavar.
Solo habia un detalle que no habia aparecido en su sueno: el puente era custodiado dia y noche por un soldado de la guardia imperial.
Izy no se atrevia a cavar mientras el soldado estuviera alli, asi que acampo cerca del puente y espero. La segunda noche, el soldado empezo a sospechar de aquel hombre que acampaba cerca de su puente, asi que se aproximo para interrogarle.
El viejo no encontro razon para mentirle. Por eso le conto que habia llegado desde una ciudad muy lejana porque habia sonado que en Praga, bajo un puente como aquel, habia un tesoro enterrado.
El guardia empezo a reirse a carcajadas.
- Has viajado mucho por una estupides - le dijo. Desde hace tres anos yo sueno todas las noches, que en la ciudad de Cracovia, debajo de la cocina de un viejo loco llamado Izy, hay un tesoro enterrado. Ja, ja ja! Crees que yo deberia ir a Cracovia a buscar a ese Izy y cavar bajo su cocina? Ja, ja ja!
Izy dio amablemente las gracias al guardia y regreso a su casa.
Al llegar, cavo un pozo bajo su cocina y encontro el tesoro que siempre habia estado alli enterrado.
Desde el punto de vista del autor, esto demuestra que no importa donde busquemos, al final, las respuestas a lo que buscamos, siempre estan dentro de nosotros; nuestro tesoro siempre estara en nuestro interior, aun cuando a veces necesitemos un "soldado" que no los muestre, que la mayoria de las veces necesitamos a alguien que nos senale como llegar a eso que esta dentro de nosotros mismos. Desde mi punto de vista, creo que tambien puede significar que a aunque parezca loco, siempre hay que seguir nuestros suenos, que al final nos llevaran a "encontrar" la felicidad que en realidad siempre esta en nuestro interior esperando ser descubierta. Ya dependera de cada quien, segun su propia realidad, darle un significado que le sea de provecho :)
jueves, abril 19, 2007
Itaca (el viaje por la vida)
Konstantínos Kaváfis.
ÍTACA.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
ÍTACA.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
lunes, abril 16, 2007
La vida es bella
La vida es bella - Miguel Bosé y Noa
Yo (yo)
Al verte sonreir (al verte sonreir)
Soy (soy)
El niño que ayer fui (el niño que ayer fui)
Si yo velo por tus sueños
El miedo no vendrá y asi sabrás lo bello que es vivir
Caen (caen)
Mis lagrimas al mar (mis lagrimas al mar)
Tú (tú)
No me veras llorar (no me veras llorar)
Es que solo tu alegría
Amansa mi dolor y así yo sé lo bello que es vivir
Lalalalalalala....
Si
Mi corazón siempre estará
Donde esté tu corazón si tu no dejas de luchar
Y
Nunca pierdas la ilusión
Nunca olvides que al final habrá un lugar para el amor
Tú (tú)
No dejes de jugar (no dejes de jugar)
No (no)
No pares de soñar (nunca pares de soñar)
Que una noche la tristeza
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir
Lalalalala...
Que una noche la tristeza
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir.
Yo (yo)
Al verte sonreir (al verte sonreir)
Soy (soy)
El niño que ayer fui (el niño que ayer fui)
Si yo velo por tus sueños
El miedo no vendrá y asi sabrás lo bello que es vivir
Caen (caen)
Mis lagrimas al mar (mis lagrimas al mar)
Tú (tú)
No me veras llorar (no me veras llorar)
Es que solo tu alegría
Amansa mi dolor y así yo sé lo bello que es vivir
Lalalalalalala....
Si
Mi corazón siempre estará
Donde esté tu corazón si tu no dejas de luchar
Y
Nunca pierdas la ilusión
Nunca olvides que al final habrá un lugar para el amor
Tú (tú)
No dejes de jugar (no dejes de jugar)
No (no)
No pares de soñar (nunca pares de soñar)
Que una noche la tristeza
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir
Lalalalala...
Que una noche la tristeza
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir
Se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir.
lunes, abril 09, 2007
Quien te partio la cara? P. Ramón Cue, S.J.
Esto que transcribo, es parte de un escrito llamada Mi Cristo Roto, hasta donde se, son 4 partes, esta es una de esas cuatro partes. Me parecio muy fuerte e impactante, y muy dificil de seguir, y me gustaria compartirla con quien se pasee por este mi rincon, esperando les pueda ser de algun provecho. Se que es bastante largo, pero creo que vale la pena. Feliz Pascua para todos (la Pascua empezo este domingo, y dura 50 dias, y significa paso (el paso de Jesus de la muerte a la vida)).
¿QUIÉN TE PARTIÓ LA CARA?
Cristo, yo había oído muchas veces esta amenaza en labios trémulos por el odio: "¡MIRA QUE TE PARTO LA CARA!" Y siempre pensé que todo suele quedar en un puñetazo, un bofetón, una cuchillada en la mejilla. Sólo en Ti se ha cumplido literalmente la brutal amenaza, te han partido la cara de un solo tajo.
Yo se la hubiera restaurado, pero Él me lo prohibió. Por eso me dedico en un juego de fantasía y cariño, a restaurársela idealmente, colocando sobre su cabeza sin facciones, las caras que para mi Cristo, ha soñado el arte universal. Consumo en este juego, museos, colecciones, galerías, catedrales, pinacotecas. Todo va pasando por el tajo de su cara en un desfile lento, y me siento Velázquez o Juan de Meza, con un patetismo barroco, o Montañés con olímpica belleza, o Leonardo, de infinita tristeza.
Pero desde hace unos días, he tenido que renunciar también al consuelo de este juego, el Cristo roto, es terrible en su exigencia, no concibe treguas, y me lo ha prohibido también. Yo creí al principio que le gustaba, al menos lo toleraba silencioso, hasta que un día me interrumpió severamente.
- ¡BASTA! No me pongas ya más caras, he tolerado tu juego demasiado tiempo. ¿No acabas de comprenderlo? No me pongas más esas caras que pides de limosna, al arte de los hombres. ¡Quiero estar así, sin cara! Prometiste que jamás me restaurarías… a no ser, que quieras ensayar otro juego, ponerme otras caras. Esas… sí las aceptaré.
- ¿Cuáles señor? Te las pondré enseguida. Dime qué caras y te las pongo.
- Temo que no lo entiendas, incluso que te escandalices como los fariseos. Me refiero a otros rostros, pero reales, no fingidos como los que inventabas y que son también míos, como el que me cortaron de un tajo.
- Ahh, ya creo adivinar Señor, te refieres a las caras de los santos, de los apóstoles, de los mártires…
- Esas caras en verdad, son mías. Nadie me las niega ni me las regatea. Pero yo quiero otras, las reclamo, muy pocos se atreverían a ponérselas, Yo sí.
Hizo un descanso, como para tomar fuerzas. Respiró profundamente. Yo estaba asustado, tenía miedo, pero no había remedio. Entonces me dijo:
- Oye, ¿No tienes por ahí un retrato de tu enemigo? De ese que te tiene envidia y que no te deja vivir; del que interpreta mal por sistema todas tus cosas, del que siempre va hablando mal de ti, del que te arruinó, del que dio malos y decisivos informes sobre ti, del traidor que te puso una zancadilla, del que logró echarte del puesto que tenías, del que te denunció, del que te metió en la cárcel.
- Cristo, no sigas…
- Es demasiado, ¿Verdad?
- Es inhumano, es absurdo…
- ¿Te has fijado bien en la cara de los leprosos, de los anormales, de los idiotizados, de los mendigos sucios, de los imbéciles, de los locos.
- ¿Y... y me vas a decir Cristo, que esas caras son tuyas y… y que te las ponga? No, no, imposible.
- Espera… no acabo aún. Toma bien nota de esta última lista y no olvides ningún rostro: Tienes que ponerme la cara del blasfemo, del suicida, del degenerado, del ladrón, del borracho, del asesino, del criminal, del traidor, del vicioso. ¿No has oído? ¡Necesito que pongas todos esos rostros sobre el mío!
- No, no señor… (contesté)
- No entiendo nada, ¿Todos esos rostros miserables y corruptos sobre el tuyo, sagrado y divino?
- ¡Sí, así lo quiero! ¿No ves que todos ellos pertenecen a esta pobre humanidad doliente creada por mi padre? ¿No te das cuenta que yo he dado la vida por todos? Quizá ahora comprendas lo que fue la Redención. Escucha: Yo como hijo de Dios me hice responsable voluntariamente de todos los errores y pecados de la humanidad. Todo pesaba sobre Mí, mi Padre se asomó desde el cielo para verme en la cruz y contemplarse en Mi rostro, clavó sus ojos en Mí y su pasmo fue infinito. Sobre mi rostro, vio sobrepuesta sucesiva y vertiginosamente las caras de todos los hombres. Desde el cielo, durante aquellas tres horas terribles de mi agonía en la cruz, contemplaba el desfile trágico de la humanidad vencida, mientras tanto Yo le decía: "¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!" No era Yo sólo quien moría en la cruz, eran miles y miles de dolientes seres humanos, derrotados muchos por sus propias pasiones, por sus errores, por sus pecados. El desfile era terrible, repugnante, grosero. Mi padre vio pasar sobre mi rostro la cara del soberbio; la del sectario, imaginando la destrucción de Dios, la del asesino frío y desalmado. Había labios repugnantes, ojeras hundidas marcadas con fuego de lujuria, alientos insoportables de ebriedad, palidez de madrugadas encenagadas en el vicio, sórdidos rictus de amargura y desesperación, turbadoras miradas de perversión y delito, de subterráneas anormalidades inconfesables y oscuras. Toda la derrota y las lacras de una humanidad irredenta, la agonía, la muerte. Y mi Padre… Dios, las amó a todas y perdonó sus pecados.
Mi Cristo calló, qué pobre y ridículo me pareció el arte de los hombres y qué profundo e insondable el amor de Dios. Y desde entonces, enmudeció. No volvió a hablarme más.
No olvidemos nunca esta suprema y difícil lección. No olvidemos nunca la superficie lisa del rostro de mi Cristo, tajado verticalmente. Podríamos compararlo con un portarretrato vacío. En él se nos ofrece la oportunidad de colocar la cara de aquél o aquellos que nos han hecho daño o que odiamos profundamente haciéndonos más daño a nosotros mismos que a quien es objeto de nuestro rencor.
¡Sí…, sí, seamos valientes! Recordemos el rostro que mayor odio y antipatía nos produzca, acercémoslo a Cristo, aunque sintamos temblar nuestro pulso. Coloquémoslo sobre el suyo e imaginemos que nuestro enemigo, ese ser que odiamos, ocupa su lugar en la cruz. Cerremos los ojos, acerquémonos al crucificado y besemos reverentes y humildes su figura.
Al besar un Cristo, con el rostro de nuestro enemigo, nos envolverá una voz cálida y musical, paternal y bondadosa. Aquélla que hace muchos siglos nos dejara la más grande y maravillosa herencia que hombre alguno pueda tener, encerrada en sólo seis sencillas palabras: "Amaos los unos a los otros".
¿QUIÉN TE PARTIÓ LA CARA?
Cristo, yo había oído muchas veces esta amenaza en labios trémulos por el odio: "¡MIRA QUE TE PARTO LA CARA!" Y siempre pensé que todo suele quedar en un puñetazo, un bofetón, una cuchillada en la mejilla. Sólo en Ti se ha cumplido literalmente la brutal amenaza, te han partido la cara de un solo tajo.
Yo se la hubiera restaurado, pero Él me lo prohibió. Por eso me dedico en un juego de fantasía y cariño, a restaurársela idealmente, colocando sobre su cabeza sin facciones, las caras que para mi Cristo, ha soñado el arte universal. Consumo en este juego, museos, colecciones, galerías, catedrales, pinacotecas. Todo va pasando por el tajo de su cara en un desfile lento, y me siento Velázquez o Juan de Meza, con un patetismo barroco, o Montañés con olímpica belleza, o Leonardo, de infinita tristeza.
Pero desde hace unos días, he tenido que renunciar también al consuelo de este juego, el Cristo roto, es terrible en su exigencia, no concibe treguas, y me lo ha prohibido también. Yo creí al principio que le gustaba, al menos lo toleraba silencioso, hasta que un día me interrumpió severamente.
- ¡BASTA! No me pongas ya más caras, he tolerado tu juego demasiado tiempo. ¿No acabas de comprenderlo? No me pongas más esas caras que pides de limosna, al arte de los hombres. ¡Quiero estar así, sin cara! Prometiste que jamás me restaurarías… a no ser, que quieras ensayar otro juego, ponerme otras caras. Esas… sí las aceptaré.
- ¿Cuáles señor? Te las pondré enseguida. Dime qué caras y te las pongo.
- Temo que no lo entiendas, incluso que te escandalices como los fariseos. Me refiero a otros rostros, pero reales, no fingidos como los que inventabas y que son también míos, como el que me cortaron de un tajo.
- Ahh, ya creo adivinar Señor, te refieres a las caras de los santos, de los apóstoles, de los mártires…
- Esas caras en verdad, son mías. Nadie me las niega ni me las regatea. Pero yo quiero otras, las reclamo, muy pocos se atreverían a ponérselas, Yo sí.
Hizo un descanso, como para tomar fuerzas. Respiró profundamente. Yo estaba asustado, tenía miedo, pero no había remedio. Entonces me dijo:
- Oye, ¿No tienes por ahí un retrato de tu enemigo? De ese que te tiene envidia y que no te deja vivir; del que interpreta mal por sistema todas tus cosas, del que siempre va hablando mal de ti, del que te arruinó, del que dio malos y decisivos informes sobre ti, del traidor que te puso una zancadilla, del que logró echarte del puesto que tenías, del que te denunció, del que te metió en la cárcel.
- Cristo, no sigas…
- Es demasiado, ¿Verdad?
- Es inhumano, es absurdo…
- ¿Te has fijado bien en la cara de los leprosos, de los anormales, de los idiotizados, de los mendigos sucios, de los imbéciles, de los locos.
- ¿Y... y me vas a decir Cristo, que esas caras son tuyas y… y que te las ponga? No, no, imposible.
- Espera… no acabo aún. Toma bien nota de esta última lista y no olvides ningún rostro: Tienes que ponerme la cara del blasfemo, del suicida, del degenerado, del ladrón, del borracho, del asesino, del criminal, del traidor, del vicioso. ¿No has oído? ¡Necesito que pongas todos esos rostros sobre el mío!
- No, no señor… (contesté)
- No entiendo nada, ¿Todos esos rostros miserables y corruptos sobre el tuyo, sagrado y divino?
- ¡Sí, así lo quiero! ¿No ves que todos ellos pertenecen a esta pobre humanidad doliente creada por mi padre? ¿No te das cuenta que yo he dado la vida por todos? Quizá ahora comprendas lo que fue la Redención. Escucha: Yo como hijo de Dios me hice responsable voluntariamente de todos los errores y pecados de la humanidad. Todo pesaba sobre Mí, mi Padre se asomó desde el cielo para verme en la cruz y contemplarse en Mi rostro, clavó sus ojos en Mí y su pasmo fue infinito. Sobre mi rostro, vio sobrepuesta sucesiva y vertiginosamente las caras de todos los hombres. Desde el cielo, durante aquellas tres horas terribles de mi agonía en la cruz, contemplaba el desfile trágico de la humanidad vencida, mientras tanto Yo le decía: "¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!" No era Yo sólo quien moría en la cruz, eran miles y miles de dolientes seres humanos, derrotados muchos por sus propias pasiones, por sus errores, por sus pecados. El desfile era terrible, repugnante, grosero. Mi padre vio pasar sobre mi rostro la cara del soberbio; la del sectario, imaginando la destrucción de Dios, la del asesino frío y desalmado. Había labios repugnantes, ojeras hundidas marcadas con fuego de lujuria, alientos insoportables de ebriedad, palidez de madrugadas encenagadas en el vicio, sórdidos rictus de amargura y desesperación, turbadoras miradas de perversión y delito, de subterráneas anormalidades inconfesables y oscuras. Toda la derrota y las lacras de una humanidad irredenta, la agonía, la muerte. Y mi Padre… Dios, las amó a todas y perdonó sus pecados.
Mi Cristo calló, qué pobre y ridículo me pareció el arte de los hombres y qué profundo e insondable el amor de Dios. Y desde entonces, enmudeció. No volvió a hablarme más.
No olvidemos nunca esta suprema y difícil lección. No olvidemos nunca la superficie lisa del rostro de mi Cristo, tajado verticalmente. Podríamos compararlo con un portarretrato vacío. En él se nos ofrece la oportunidad de colocar la cara de aquél o aquellos que nos han hecho daño o que odiamos profundamente haciéndonos más daño a nosotros mismos que a quien es objeto de nuestro rencor.
¡Sí…, sí, seamos valientes! Recordemos el rostro que mayor odio y antipatía nos produzca, acercémoslo a Cristo, aunque sintamos temblar nuestro pulso. Coloquémoslo sobre el suyo e imaginemos que nuestro enemigo, ese ser que odiamos, ocupa su lugar en la cruz. Cerremos los ojos, acerquémonos al crucificado y besemos reverentes y humildes su figura.
Al besar un Cristo, con el rostro de nuestro enemigo, nos envolverá una voz cálida y musical, paternal y bondadosa. Aquélla que hace muchos siglos nos dejara la más grande y maravillosa herencia que hombre alguno pueda tener, encerrada en sólo seis sencillas palabras: "Amaos los unos a los otros".
jueves, abril 05, 2007
Leccion de humildad Jueves Santo
Jn 13 3-17
3 sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía,
4 se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.
5 Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
6 Llega a Simón Pedro; éste le dice: "Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?"
7 Jesús le respondió: "Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde."
8 Le dice Pedro: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le respondió: "Si no te lavo, no tienes parte conmigo."
9 Le dice Simón Pedro: "Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza."
10 Jesús le dice: "El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos."
11 Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: "No estáis limpios todos."
12 Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
13 Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
15 Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.
16 "En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía.
17 "Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís.
lunes, abril 02, 2007
Nadie te ama como yo (Martin Valverde)
Cuanto he esperado este momento
cuanto he esperado que estuvieras asi
cuanto he esperado que me hablaras
cuanto he esperado que vinieras a mi.
Yo sé bien lo que has vivido
sé tambien porque has llorado
yo sé bien lo que has sufrido
pues de tu lado no me he ido.
CORO:
Pues nadie te ama
como yo
mira la cruz
esa es mi más grande prueba
nadie te ama como yo
pues nadie te ama
como yo
mira la cruz
fue por ti
fue porque te amo
nadie te ama como yo.
Yo sé bien lo que tu dices
aunque veces no me hablas
yo sé bien lo que en ti sientes
aunque nunca lo compartes
A tu lado he caminado
junto a ti yo simpre he ido
aun a veces te he cargado
yo he sido tu mejor amigo
CORO:
Pues nadie te ama
como yo
mira la cruz
esa es mi mas grande prueba
nadie te ama como yo
Pues nadie te ama
como yo
mira la cruz
fue por ti
fue porque te amo
nadie te ama no
nadie te ama ni te amara
nadie te ama,
como yo
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